El gran debut de “Gracias Totales” en Bogotá

 

A cinco meses del anuncio oficial hecho por Zeta y Charly Alberti en las redes de Soda Stéreo, finalmente llegó la noche del debut de “Gracias totales”. Fue el sábado 29 de febrero, y como bien dijo el bajista después del show, feliz en camarines: “Soda lo hizo, una vez más”.

Tal cual: más de 30 mil personas llenaron el estadio El Campín y corearon todos los temas, hicieron palmas al final de “El rito” y prendieron las luces de sus celulares en “Fue”. La emoción fue permanene y desbordante, convirtiendo al recital en una verdadera celebración a las canciones de Soda, tal como habían prometido.

El concierto duró una hora con cincuenta minutos, incluyendo el inicio con un documental con imágenes poco conocidas de Gustavo, Zeta y Charly. Arrancó “Sobredosis de TV” cantada desde las pantallas gigantes por Cerati y con un cartel de “Hola Bogotá” para saludar al público. En las pantallas se pudo apreciar claramente la cara de felicidad y satisfacción de Charly cuando se acercó Zeta en un momento del tema.

Después comenzó un desfile de hits cantados en vivo o desde las pantallas por invitados especiales. Así, Richard Coleman hizo “Hombre al agua” con un gran solo de guitarra. León Larregui, el frontman del exitoso grupo mexicano Zoé, subió al escenario para una buena versión de “Disco eterno”, mientras las enormes pantallas de video amplificaban todo y combinaban vivo con archivo.

Una filmación del viejo backstage de la grabación de “Dynamo” dio pie a “El rito”, a cargo de Alvaro Henríquez, del legendario conjunto chileno Los Tres. Enseguida apareció Rubén Albarrán, de Café Tacvba, que levantó el calor con su conocido gran desempeño en escena, cantando, saltando y bailando en un derroche de energía a lo largo de “Lo que sangra (La cúpula)”. Enganchados, llegaron tres temas con imágenes y sonido grabados: Julieta Venegas se lució con “Signos”, Walas (de Massacre) hizo “Juego de seducción” y Benito Cerati sorprendió con una excelente versión de “Zoom”.

En escena, no sólo Charly y Zeta tocaron en vivo; también dieron todo Fabián Quintiero en teclados, Richard Coleman y Roly Ureta en guitarras, y en cinco temas se sumó Simón Bosio, el hijo de Zeta de 30 años de edad. El bajista también hizo coros y hasta tocó la armónica.

El siguiente invitado en vivo fue Adrián Dárgelos, que hizo “Trátame suavemente” a pura sensualidad y se despidió con un “Gracias Soda por una eternidad juntos”. Después volvió un Cerati virtual con “En la ciudad de la furia”, acompañado por impresionantes filmaciones de la ciudad de Buenos Aires con un dron. El carismático Draco Rosa subió para animarse a una increíble versión de “En remolinos”, mientras los guitaristas se lucían con la distorsión y todo el clima de la época de “Dynamo”. Además, el enorme rombo de luces del techo bajó varios metros, casi hasta la cabeza de los músicos, en un gran efecto.

Otro tramo de cantantes en video empezó con Andrea Echeverri (de Aterciopelados) y una floja interpretación de “Pasos”, siguió con Gustavo Santaolalla en “Cuando pase el temblor” (mientras el Zorrito bailaba con un gorrito coya que solía usar en los años ’80 junto al grupo) y cerró con una versión íntimista de “Fue”, solo con los tres Soda, sin el resto de la banda.

La gran figura de la noche fue Mon Laferte, que descolló con “Un millón de años luz” donde la guitarra principal estuvo a cargo de Simón. Ya para el cierre, una filmación de Fernando Ruiz Díaz hizo “Persiana americana” y otra de Juanes se jugó con “Prófugos”, con el rombo de luces subiendo y bajando como si fuera “Encuentros cercanos del teercer tipo”.

Los bises fueron “Primavera 0” (a solas Zeta y Charly con la imagen y sonido de Gustavo) y “De música ligera” hecha por nada menos que Chris Martin, de Coldplay. Y al mejor estilo de las viejas despedidas en River, cuando terminó todo sonó “Alive and kicking” de Simple Minds, mientras en las pantallas aparecían los créditos a todo el staff, como si fuera una película.

 

Cada momento de show fue pensado cuidadosamente, evaluando posibilidades y tomando decisiones de concepto y de producción que en su conjunto fueron acertadas. Fue muy inteligente optar por varios cantantes en vivo y no uno solo, de la misma manera que tener no sólamente a Cerati en las pantallas fue más natural que tenerlo sólo a él. La lista de temas fue perfecta, el sonido de la banda en vivo está a la altura de la historia de Soda, y la emoción fue permanente pero sin abusar de golpes bajos.

 

“Gracias totales” seguirá de gira al menos hasta el 14 de mayo, pero no se descarta que se sumen más fechas o incluso un gran final en Buenos Aires.

 

 

Marcelo Fernández Bitar

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