Eric Haze remix

Uno de los artistas más importantes salidos de Nueva York, amigo de Keith Haring y Jean Michel Basquiat, nos invita a su estudio en Brooklyn y se somete al cuestionario remix.

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Nombre?
Eric Haze.
Apodo?
Haze.
Cuándo y dónde naciste?
En 1961, en Harlem. Aunque vivi diez años en California.
Qué ponés en los papeles de migraciones cuando viajás?
Artista. Hay una evolución cuando empezamos la idea de ser artistas de graffittis que salíamos a la luz. Era muy importante, por la historía y el legado del graffitti, pero cuando me convertí en profesional todo era más importante que solo hacer graffittis. A veces me parece que pasé los últimos 40 años tratando de trascender esa etiqueta, y encima los últimos años con el fenómeno del street art me consideran un artista callejero, que me parece que no es de mi generación. Yo hago el trabajo en el que creo, y el trabajo de poner etiquetas es de otro. La categoría artista de graffitti es muy limitante y los críticos tiene un estereotipo en su cabeza y estoy lejos de serlo. Pinto con pinceles y no con spray-cans para que mi obra no se confunda como graffitti.
Por qué empezaste pintando en los trenes?
Porque eran las paredes disponibles y era valiente hacerlo. Aparte, en nuestra época, cuando te convertías en el rey de los trenes, las paredes dejaban de tener sentido. Cuando yo tenía 20 era un fenómeno muy de Nueva York.

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Cómo se siente ser contemporáneo de grandes artistas ahora consagrados como Keith Haring y Jean Michel Basquiat?
Muy bien. Todos queríamos ser reconocidos y exitosos por hacer grandes obras. Eramos todos ambiciosos y éramos muy maduros a pesar que nuestra obra era muy inmadura. Siempre fuimos conscientes de cómo crear valor de nuestra obra y cómo realizar. Había una carrera exitosa y había elecciones y problemas que nos enfrentamos a los 18 ó 20 años. Sabíamos lo que significaba mostrar nuestro trabajo. Eramos rebeldes y jóvenes muy enojados que querían ser aceptados al mismo tiempo en el fondo, y era un contraste que nos confundía. A los 21 decidí estudiar diseño gráfico y el graffitti se convirtió casi un deporte para mi en esa época. Aparte, queria poner me huella digital en varias áreas más grande que yo, y empecé con artistas de hip-hop y con compañías discográficas durante casi diez años.

Sabías que tus logos iban a pasar tan bien la prueba del tiempo?
Cuando trabajaba de diseñador gráfico, creador de logos o director de arte era más un trabajo de solucionar problemas o crear la identidad de artistas o sellos. Pero a su vez eran muy distintos los trabajos que hice para Beastie Boys, LL Cool J para Def Jam Records o más tarde Tommy Boy Records, y recordemos que no había computadoras en ese tiempo. Siempre hice una carrera de no hacer lo obvio y lo predecible. Recordemos que el hip-hop era un nuevo medio que sampleaba, y lo mismo hacía yo en mi trabajos de diseño. Estoy muy orgulloso de que pasaron la prueba del tiempo más que bien y aparte se convirtieron en grandes sucesos. Entonces quería ahora construir mi identidad, ¡Así que di vuelta el espejo y empecé en trabajar para mí!

Retrato del artista Haze

Entonces es cuando decidiste hacer tu propia marca?
Casi en paralelo empecé mi marca, entonces ser un artista de graffitti volvió a ser importante en una forma distinta, ya que fui el primer graffittero que llevé mi tag de los trenes ya como uno de los reyes, convirtiendolo en una commodity que se convirtió en un producto como ropa y ventas. Fui una de las primeras docenas de marcas de lo que hoy llamamos streetwear. Convertimos nuestra cultura en productos comprables y accesibles. La accesibilidad de mis productos siempre fue una prioridad para mí.
Como fue la evolución de volver a la pintura?
Cuando estaba por dejar la Costa Oeste y volver a NYC ya planeaba volver a mi trabajo manual de pintar y volver a estar frente a una hoja en blanco, pero cuando justo volví la necesidad de pintar fue mucho más fuerte de lo que imaginaba. Sabía que tenía que tener un estilo simple y que me sintíese cómodo. De hecho mis primeros obras en bastidores eran bastante gráficos, muy geométricos y casi engrillados, como un puente con mi trabajo anterior con el diseño.


O sea que volver a Nueva York fue clave?
Sí, aunque la escena cambió mucho. La música fue mi medium durante el último tiempo y mi mentalidad al volver al East Coast era ganar nuevamente mi lugar en la conversación con el street art y eso empezó a ser vibrante nuevamente para mi. Siento que la excelencia como pintor no se puede lograr como un trabajo compartido y quería logra mi confianza que de joven no tenia con los pinceles. De hecho, cuando los veía a pintar a Keith Haring y Jean Michel tenian un talento sin miedos y que parecía tan natural que yo sentía que no lo tenia en esa época. Pero también a ellos les llevó un trabajo muy intenso y constante lograrlo.

Bandera EEUU x Haze

Cómo fue el paso al uso de un simple pincel, algo que parece sencillo pero fue una gran transición desde el grafitti?
Lo puedo explicar en términos que usamos los pintores: digamos que en los últimos años pasé de un pincel mojado a un pincel seco. Cuando comencé a trabajar a gran escala usaba tinta, que queda muy bien pero no requiere mucha habilidad. Ahora lo que se ve en la técnica es que a medida que me convertí en mejor pintor gané más confianza en todo y dejé de llenar el pincel, lo que resulta en mostrar mejor el trabajo. Cuando volví al mundo de la pintura estaba usando términos de la gráfica, porque era el lenguaje donde estaba más cómodo y donde podía usar íconos que la gente conoce, sin tener que pensar en el contenido. Creo que parte del proceso de los últimos diez años ha sido aprender a pintar usando íconos de una manera universal, que la gente conoce, y luego comencé a desarrollar estilos propios que se sentían más personales y únicos y míos. Luego el proceso se trató de sacar detalles personales y que siguiera teniendo sentido.

Uno de los rincones del estudio de Haze en Brooklyn, donde se encuentra la moto Honda intervenidala por él.

Pero sigue habiendo estrellas y banderas y nubes…
Mi proceso es que encuentro cosas con las que estoy cómodo y luego las saco de mi zona de confort.
Pero es tu estilo, y no podés negar lo que hacés. Te sale naturalmente.
La pintura también se trata de emociones. Para mí, el diseño gráfico no tiene mucha emoción; no es la razón de su existencia. Yo hablo de “ganar confianza” en mis trabajo, y esa confianza se supone que se traduce en una expresión de felicidad. Siento que los trabajos de gráfica son más intelectuales. Una bandera puede ser visualmente agradable, pero hay una historia ahí.
Tal vez simplemente sea que estás pintando mejor que cuando eras más joven.
Es como manejar: si dudás, matás.

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Del 1 al 10, ¿Cuán obsesivo sos?
7-8. No necesito internarme. Mi chiste de entrecasa es que mi esposa es limpia pero yo soy prolijo.
Tuviste algún momento revelador donde te sentiste nuevamente cómodo de no depender de una grilla?
Sí, hace tres años, cuando hacía una pared para Jeffrey Deitch Projects en Coney Island. Fue la primera vez que llamo “cayéndome de la pared” ya que con un pincel y un color sentí una libertad que sumó a la obra final y que me dio una bravura y me siento muy intrépido desde ese momento.

Haze junto a la obra #dontblink realizada en vivo en Hypefest y sus zapatillas Nike Air Force 1 low blancas.


Foto:
Tuti Gianakis

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