El Museo Moderno de Buenos Aires inaugura cinco nuevas exposiciones de Un Dia en la Tierra

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Con exposiciones individuales de Florencia Rodríguez Giles, La Chola Poblete, Cartón Pintado y las exhibiciones colectivas Cuerpos contacto y Cuerpos mutantes

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad, anuncia la apertura las nuevas exposiciones de Un día en la Tierra, programa anual que despliega un discurso integral y holístico dedicado a la necesaria y urgente reflexión sobre el presente de la humanidad y su relación con el planeta. Las nuevas salas se podrán visitar a partir del viernes 20 de mayo en el museo ubicado en Avenida San Juan 350, San Telmo.

NUEVAS EXPOSICIONES – MAYO 2022: 

  • Cuerpos contacto

Curaduría: Francisco Lemus, Marcos Krämer, Clarisa Appendino, Violeta González Santos

La exposición Cuerpos contacto, integrada por obras del patrimonio del Museo Moderno y producciones de artistas invitados de gran trayectoria, traza un recorrido desde los años sesenta hasta el presente para pensar el cuerpo desde la diversidad, con todas sus identidades y géneros. En este recorrido, las luchas del movimiento de liberación sexual dieron visibilidad al cuerpo como territorio de placer y disputa. La relación del arte con la amistad, la música, la fiesta y la vestimenta fue clave en la ciudad de Buenos Aires para la manifestación plural de las diversas identidades y géneros sexuales y las distintas formas de vida. Estos encuentros fueron tan fundamentales en la década del sesenta, bajo el estímulo del arte pop, como durante la efervescencia del underground de los años ochenta y noventa. 

El cuerpo público, el cuerpo político, el cuerpo festivo y el cuerpo pop como formas y estrategias de entrar en contacto entre las personas, generar comunidad, construir identidad y, al mismo tiempo, extender el horizonte de lo posible en el arte, es el eje de esta exposición que revisa el pasado del arte argentino y el patrimonio del Museo Moderno con el objetivo de interpelar al presente y sus luchas venideras. 

Uno de los artistas más icónicos de esta experiencia de enorme vitalidad, que tuvo lugar en las décadas finales del siglo XX, fue Sergio De Loof (Buenos Aires, 1962-2020), cuyo gran legado celebra esta exposición, representado en la colección del museo por 82 de sus obras generosamente donadas por su familia. Su creatividad desbordante dio lugar a espacios de encuentro y disfrute colectivo: bares, discotecas y desfiles, donde primaron la creación artística y la mezcla de identidades, cuerpos y clases sociales.

Asimismo, mediante el desplazamiento de los límites del arte y sus instituciones, artistas como Marta Minujín (Buenos Aires, 1943), Dalia Puzzovio (Buenos Aires, 1943), Delia Cancela (Buenos Aires, 1940) y Pablo Mesejean (Buenos Aires, 1937-París, 1991), Edgardo Giménez (Santo Tomé, Santa Fé, 1942), Juan Stoppani (Buenos Aires, 1935) y David Lamelas  (Buenos Aires, 1946) sentaron las bases para una cultura en constante efervescencia estética, sexual y política. 

De manera temprana, los happenings de Marta Minujín plantearon la posibilidad de interrumpir la lógica de una situación existente a través de acciones intempestivas. En ellas, los performers y el público general adquirieron un rol protagónico por medio del juego, la danza y la excentricidad. La mezcla de los cuerpos y la dislocación de los espacios más solemnes del mundo artístico guiaron la actividad artística de Minujín en esos años.

Atendiendo a los cruces que tuvieron lugar entre la experimentación artística y el feminismo durante los años setenta y los primeros años de la vuelta de la democracia en Buenos Aires, se exhiben fotografías de Alicia D´Amico (Buenos Aires, 1933-2001), fotógrafa y defensora de los derechos de las mujeres a través de espacios del activismo en Buenos Aires como Lugar de Mujer. Las imágenes de Alicia D´Amico toman al deseo como eje de sus composiciones y muestran cuerpos de mujeres por fuera de las normas de la cultura patriarcal. En esta misma línea, se proyectará la película Legítima defensa (1980) de Marie Louise Alemann (Renania del Norte-Westfalia, 1927-Buenos Aires, 2015), pionera y promotora del cine experimental en Argentina. Por medio del formato Super 8, las películas de Alemann profundizan en la psicología de las personas en el contexto represivo de la última dictadura militar. En ocasiones, Alemann utilizó su propio rostro y cuerpo para filmar escenas donde el ocultamiento y la mimesis se descifran como una forma de resistencia.

Cuerpos contacto dibuja un arco temporal que pone en evidencia las continuidades y los cambios que se dieron en el arte como manifestación del reclamo de los cuerpos, a través de un profundo sentimiento de libertad cívica que fue determinante para la generación y transformación de prácticas como el happening, la performance e, incluso, el teatro. En todas estas experiencias, el cuerpo se presenta como vehículo de emancipación, conjugando el quehacer comunitario y la construcción de identidades desafiantes. Esta exposición ofrece una mirada sobre el arte y la cultura de la Argentina con el foco puesto en dar a conocer la historia y el presente de las luchas por la igualdad.

Artistas: Marie Louise Alemann, Mercedes Azpilicueta, Básica T.V., Elba Bairon, Rodolfo Bulacio, Delia Cancela, Comparsa Drag, Jimena Croceri, Alicia D´Amico, Sergio De Loof, Marga Fuentes, Gambas al ajillo, Edgardo Giménez, Alberto Goldenstein, Guillermo González Ruiz, Pompi Gutnisky, Roberto Jacoby, Alejandro Kuropatwa, David Lamelas, Liliana Maresca, Pablo Mesejean, Marta Minujín, La Organización Negra, Martha Peluffo, Dalila Puzzovio, Kiwi Sainz, Oscar Smoje, Aldo Sessa, Julieta Steimberg, Juan Stoppani.

  • Cuerpos mutantes

Curaduría: Francisco Lemus, Marcos Krämer, Clarisa Appendino, Violeta González Santos

Cuerpos mutantes plantea un diálogo entre el patrimonio histórico del Museo Moderno y obras de artistas argentinos contemporáneos para intentar comprender los límites de los cuerpos a través de la observación de la materia y su manipulación, de su división en fragmentos y su reutilización poética, de lo monstruoso y de las figuraciones que ponen en suspenso lo humano.

Mediante un recorrido sensorial conformado por esculturas, pinturas y videos, Cuerpos mutantes indaga en cómo se desdibuja y se vuelve a construir la idea de individuo a partir de diversas transformaciones que suceden tanto en los cuerpos como en el entorno. Las mutaciones se originan por la alteración perceptible o imperceptible del funcionamiento de un organismo. A partir de la interrelación entre seres humanos y seres no humanos, como animales, virus, bacterias y otros microorganismos, mutar se convierte en una estrategia para imaginar nuevas formas de habitar el planeta. Las obras que conforman la exposición afianzan la idea de parentesco con otras especies y así amplían el horizonte hacia mundos más híbridos y plurales.

De carácter ensayístico, la exposición pone en relación la obra de en artistas históricos que transitaron el informalismo como Rubén Santanonín (Buenos Aires, 1919-1969), Paulina Berlatzky (Buenos Aires, 1918-1982) y Emilio Renart (Buenos Aires, 1925-1991) artistas que se vieron influenciados por la fenomenología y que exploraron con la materia así como con obras de artistas contemporáneos invitados para esta exposición como Virginia Buitrón (Quilmes, 1977) cuyos dibujos son el resultado de una relación interespecie entre humanos y larvas y Julia Padilla (Buenos Aires, 1991) quien realizó una serie de esculturas especialmente para la exposición en la que objetos encontrados se ensamblan para formar una serie de orejas que podrían pertenecer a un ser entre animal y planta.

La obra Astroseres de Raquel Forner (Buenos Aires, 1902-1988) indaga sobre la necesidad de tejer nuevas relaciones entre la creencia en la vida de otros planetas. Su obra, ubicada al ingreso de la sala, se vincula con obras de los jóvenes artistas jóvenes Mauro Guzmán (Rosario, 1977) y Marina Daiez (Buenos Aires, 1992) quienes profundizan sobre los seres fantásticos, y la unión entre lo natural y lo artificial como una nueva definición de vida. 

En la película experimental Canciones napolitanas (1971) de Narcisa Hirsch (Berlín, 1928), que integrará la exposición, una boca en primer plano de una mujer come un hígado a la vez que se escuchan de fondo canciones románticas. Los clichés de lo femenino son torcidos a través de una imagen repulsiva que también nos recuerda al cine surrealista. No hay una imagen de la mujer, sino la desconstrucción de la misma. Este procedimiento entra en diálogo con los videos de Diego Bianchi (Buenos Aires, 1969), hechos a partir de pedazos e injertos de piel y carne ficticias. Sus cuerpos desbordan tanto lo humano al punto de tambalearse, inventar otros movimientos y formas de agruparse. El cuerpo fragmentado, llevado a un grado cero de la existencia, adquiere contundencia en la escultura Engendro 72 de Alberto Heredia (Buenos Aires, 1924-2001), artista que ocupa un lugar especial en el patrimonio por la generosa cantidad de obras donadas en vida al Museo. Heredia estimula la narrativa propuesta por la exposición: sus cuerpos desarmados, vaciados, con prendas y vendajes endurecidos por el paso del tiempo, exceden las connotaciones de la violencia histórica y política para preguntarse por los extremos más insondables de la humanidad.

Alejadas del pensamiento racional que caracteriza al arte moderno, las obras dejan al descubierto la materialidad y las formas en toda su exuberancia, para dar lugar a situaciones imprecisas y fantásticas que conectan al ser humano con la biodiversidad del planeta. Ante el impacto generado por la pandemia y la actual crisis climática, las obras ofrecen una profunda reflexión sobre el cuerpo humano, su capacidad de cambio y su conexión con otras especies. 

Artistas: Paulina Berlatzky, Diego Bianchi, Virginia Buitrón, Alberto Carlisky, Marina Daiez, Marina de Caro, Marcelo Epstein, Raquel Forner, Mauro Guzmán, Alberto Heredia, Narcisa Hirsch, Ana Kamien, Josefina Labourt, Isaías Nougués, Andrea Ostera, Julia Padilla, Dalila Puzzovio, Emilio Renart, Rubén Santantonín, Leone Sonnino, Pablo Suárez, César Valencia.

  • Florencia Rodríguez Giles: Sintomario

Curador invitado: Osías Yanov

En Sintomario, la exposición individual que Florencia Rodríguez Giles (Buenos Aires, Argentina, 1978) creó para el Museo Moderno, la artista presenta, entre prácticas artísticas y terapéuticas, un abordaje posible a la difícil construcción de una experiencia común entre personas vulneradas y excluidas y aquellas que la sociedad considera “normales” por su capacidad para adaptarse a las exigencias de la vida contemporánea. 

En los últimos años, Rodríguez Giles desarrolló dos líneas de trabajo que se complementan, que produce por fuera y por dentro de los espacios artísticos: el dibujo en grandes formatos como técnica precisa para representar escenas y rituales ficticios que dan lugar a seres que escapan de lo humano, por un lado, y las posibilidades que habilita el arte en contextos de cuidados terapéuticos, por el otro. A partir del ejercicio de trabajo colectivo con usuarios y ex usuarios de instituciones de salud mental en la ciudad de La Plata, la artista explora diferentes modos de vinculación, interacción y acción de experiencias artísticas.

El nombre de la exposición surge del neologismo entre las palabras síntoma y glosario. Si el malestar es algo que nos cuesta identificar y nombrar, Sintomario crea un archivo de palabras, ejercicios y registros que otorgan un sentido no patológico o estigmatizante a las sensaciones y a los sentimientos.

El proyecto es uno de los resultados de las producciones colaborativas que se gestan en CAOS (Club de Artes y Ocios) a lo largo de encuentros y actividades junto con trabajadores de la salud, usuarios de instituciones de salud mental y vecinos de la ciudad de La Plata. Como en proyectos anteriores, la artista desarrolla experiencias vinculadas a la relación entre el interior y el exterior de los espacios artísticos. En este caso, el modo de trabajo interinstitucional busca difuminar los límites entre el museo y los espacios de cuidado, haciendo posible una intervención mutua de las prácticas artísticas y las terapéuticas que exprese los límites y disputas entre las nociones de salud y de arte. 

Sintomario se compone de dos piezas que forman parte de una única instalación: un dibujo a gran escala y un vídeo. El primero presenta cuerpos gelatinosos en estado de fusión: un parto colectivo o amalgama sensual e híbrida entre especies colaboradoras –humanos, vegetales, objetos y espectros– en busca de su integración y generación. El vídeo fue guionado por la artista en conjunto con externados del Hospital Melchor Romero y otros usuarios del sistema de salud mental. Entre el ritual y el baile, se crean aquí nuevos códigos y narrativas atípicas que desarticulan lo que percibimos como normal en las conductas sociales y en los usos del lenguaje corporal. Video y dibujo se integran en esta única pieza para la creación de una nueva subjetividad capaz de canalizar el deseo en un intercambio comunitario, tanto entre humanos como más allá de la especie.

En el transcurso de los meses, Sintomario propondrá acciones participativas dentro del museo para que, en comunidad, tengamos la posibilidad de nombrar, escuchar y transformar en palabra y cuerpo nuestros sentimientos, preguntas y preocupaciones en torno del malestar. 

Sobre la artista:

Florencia Rodríguez Giles (Buenos Aires, 1978) egresó de la Escuela Nacional de Arte Prilidiano Pueyrredón y continuó su formación con Diana Aisenberg, Nicola Costantino y Guillermo Kuitca.  Obtuvo becas del Fondo Nacional de las Artes y de la Fundación Antorchas, y el Premio Braque (Museo Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2015). Realiza exposiciones y performances desde el 2002, entre que se destacan: Biodélica (Galería Ruth Benzacar, 2019), Actividades premúndicas (en colaboración con Pablo Katchadjian, UV Estudios, 2017), Séance Liminoïde (Palais de Tokyo, Paris, Francia. 2016), Noctario (en colaboración con Barbara Hang, Club Silencio, París, Francia. 2016), Strabisme Interne (Galerie d’Art Contemporain Bendana-Pinel) y Mareaciones (Galería Ruth Benzacar, 2015). Participó de varias residencias, como FRAC Lorraine (Fonds Régional d’Art Contemporain. 2016), Cité Internationale des Arts (París, Francia. 2015), Paradise Air (Matsudo, Japón. 2015) y Arcus Studio (Ibaraki, Japón. 2014); Backers / Art Initiative (Tokio, Japón. 2009).

 

  • La Chola Poblete: Ejercicios del llanto

Curaduría: Victoria Noorthoorn, Marcos Krämer

Ejercicios del llanto es una exposición individual de La Chola Poblete (Mendoza, 1989), importante artista joven de nuestro país que ha construido un sólido recorrido nacional e internacional a través de un universo multidisciplinar donde la performances se transformó en uno de los lenguajes más explorados por Poblete, que reivindica sus orígenes de ascendencia indígena. Junto a una gran producción de videos, fotografías, esculturas, pinturas y dibujos realizados en los últimos años, La Chola Poblete postula la importancia de los saberes ancestrales en el territorio sudamericano y la necesidad de revertir prácticas coloniales de discriminación de género y razas en nuestro país. Su obra denuncia los destratos hacia las poblaciones marrones y hacia las disidencias sexuales, la estereotipación y exotización de los pueblos originarios, y reivindica la presentación de bellezas y corporalidades anti-hegemónicas frente a los estándares culturalmente construidos. 

En esta oportunidad, el Museo Moderno elige poner en escena un importante conjunto de dibujos tempranos de la artista creados entre 2014 y 2015, a través de cuyas sutilezas podemos acompañar los procesos de un profundo movimiento interior. La serie que da título a la exposición, Ejercicios del llanto, explora las posibilidades de la introspección y construye, en el corazón del Museo Moderno, un espacio de recogimiento y silencio desde el cual reflexionar sobre los desafíos de la humanidad hoy. Página tras página, sobre sus cuadernos de dibujo, sutiles trazos y miles de diminutos puntos construyen por momentos imágenes abstractas, imágenes que mutan y nos permiten vislumbrar los intereses y las preocupaciones de la artista. Allí aparecen esbozados o delineados el llanto, la cruz (símbolo del colonialismo opresor), la papa (en referencia a sus raíces), y referencias a la sexualidad, justamente en el momento en que la artista se plantea su disyuntiva respecto de su propio género. 

La Chola Poblete: Ejercicios del llanto adopta la forma de un diario íntimo que actúa como testimonio de un proceso de construcción identitaria, a la vez personal y política, en el momento mismo en que se gestan las propias convicciones. Presenta la obra de una gran artista argentina con proyección internacional que se articula y entra en diálogo, en este primer piso del Museo, con otras cinco exposiciones que también reflexionan sobre la necesidad de reivindicar y respetar las diferencias de nuestros orígenes, cuerpos, sentimientos e ideas en el mundo de hoy.

Sobre la artista:

La Chola Poblete (Mendoza, 1989) estudió las carreras de Licenciatura y Profesorado en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Cuyo. Desde el año 2012, apoyado por becas otorgadas por el Centro Cultural Kirchner y el Fondo Nacional de las Artes, realizó talleres y clínicas con Diana Aisenberg, Max Gómex Canle y Silvio Lang, entre otros. Participó en el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (2018) y en el Programa de artistas de MARCO Arte Foco. En 2014, fue premiado en la 11ª edición de los Premios Escenario como “Mejor propuesta de Arte Joven”. Entre sus exposiciones individuales, figuran El órgano masculino de la Chola, en el Mercado de Arte de Córdoba, y SLAVE, en el Museo Carlos Alonso de Mendoza (2019). En 2021 realizó Tenedor de hereje, en Pasto Galería (Buenos Aires) y, recientemente, expuso individualmente en la Feria ARCO de Madrid.

  • Cartón Pintado: Baile fantástico

Curaduría: Clarisa Appendino, Victoria Noorthoorn

Baile fantástico es la primera exposición individual en un museo del artista argentino Mariano Altamirano (Buenos Aires, 1988), conocido como Cartón Pintado, un seudónimo elegido para nombrar uno de los recursos cruciales de su práctica, que contribuye a darle sentido a su obra. 

El cartón utilizado como soporte pictórico simboliza la relación que Cartón Pintado establece con la ciudad en sus caminatas y recorridos, pero también la reutilización de un material desechado, por lo general ajeno a la tradición pictórica. Así como el cartón que recolecta cambia de función y transmuta para sostener la imagen de diversos personajes identificados a través de expresiones, poses y atavíos, es también el territorio que el artista elige para explorar su propia identidad. La serie de retratos reunidos en Baile fantástico fueron realizados en los últimos años y condensa la intimidad de sus vivencias junto a personajes imaginados. Las imágenes invitan a reflexionar sobre las conductas humanas, que aparecen representadas a través de transformaciones sobrenaturales, fenómenos de animismo y variaciones de género. Las historias surgen de diversas vivencias del artista: experiencias cotidianas, historias imaginadas o reflexiones contadas con la potencia material y cromática que permiten las gruesas capas de óleo y la aplicación de otros materiales que suman detalles, brillos o identidad a los personajes. 

Las imágenes aportan una configuración plástica del realismo expresivo con nuevos ojos que mira constantemente al presente desde una aproximación íntima, sin evidenciar de manera directa los conflictos sociales contemporáneos. Su imaginario ingresa en la fuerte genealogía del realismo presente en el arte argentino del siglo veinte que dibuja un arco que puede ir desde las ilustraciones populares de Florencio Molina Campos en los inicios del siglo veinte, hasta la ironía y el grotesco de Pablo Suárez y la expresividad íntima de Marcia Schvartz en el retorno a la pintura subjetiva y poética ligada al expresionismo de la década del ochenta. En el centro de esta genealogía Antonio Berni es un referente central, principalmente con las imágenes que creó en la década de los años setenta cuando, frente al ingreso generalizado a la sociedad de consumo, creó los paradigmáticos personajes de Ramona Montiel y Juanito Laguna para narrar las desigualdades que se profundizaron en el país. Estos personajes son símbolos de aventuras e historias plasmadas en diferentes soportes y procedimientos como el collage, el assemblage, los gofrados y la xilografía de grandes formatos. Esta gran fuerza expresiva ubica a Cartón Pintado en las tradiciones expresionistas de las vanguardias del siglo XX y de las que el arte contemporáneo se hace eco a partir de recuperar a través de personajes e historias contemporáneas la gestualidad de la pincelada, los colores saturados y expresivos y un tipo de figuración gráfico, grotesco y cargado de humor.

En la exposición Baile fantástico reúne un conjunto de retratos funciona como un modelo de transmutación que brinda la posibilidad de verse e imaginarse como un otro. Los retratos de Cartón Pintado van más allá de lo que se ve, al condensar ideas, actitudes y visiones con una estética en la que confluyen el realismo, el expresionismo y la imaginación. En la búsqueda de ese caudal, el artista se reconoce a sí mismo en los personajes que pinta y deja, entonces, la pregunta sobre si las figuras son también autorretratos que atraviesan una dialéctica poética entre vida y obra.

Sobre el artista:

Cartón Pintado (Buenos Aires, 1988) comenzó a pintar en su habitación sobre cartones encontrados de gran formato, mezclando distintas técnicas y materiales. Después de estudiar diseño de moda y profundizar sus estudios en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), continuó con su formación autodidacta. Durante 2019 participó en muestras colectivas en el Centro Cultural Haroldo Conti y en la galería Alpha Centauri. En febrero de 2020, realizó su primera muestra individual, en la galería Quimera, y realizó una residencia en Munar. Boca de fuego (Buenos Aires, Argentina). En 2021, realizó su segunda muestra individual, en la galería NN (La Plata, Argentina). Desde el año 2020, forma parte del colectivo “Caterine Ful Love”, junto con las artistas Nina Kovensky y Lucía Reisig.

UN DÍA EN LA TIERRA:  

Un día en la Tierra es un programa que surge como respuesta a los dos años signados por la pandemia del Covid-19 en que el mundo debió repensarse. Durante este tiempo de desafíos, el equipo del Museo Moderno buscó dar respuesta a la sociedad a través de la activación de programas digitales que involucraron a más de 400 artistas argentinos por año, a un público activo de más de 6 millones de personas online por año y a más de 4000 docentes de todo el país, con quienes hemos mantenido contacto directo y quienes se han interesado en el poder del arte para enriquecer su experiencia pedagógica. Para el Museo Moderno, entonces, atravesar la pandemia significó entender que debíamos estar mucho más cerca y en diálogo cotidiano con las comunidades artísticas y educativas que nos constituyen. 

Atravesar la pandemia también significó entender la fortaleza del arte y de las colecciones históricas de este gran museo, que hoy incluye más de 7.600 obras de arte. Decidimos, entonces, invitarlas a hablar: a expresar sus reflexiones, sus propuestas, sus análisis del pasado, que nos ayudan a comprender quiénes somos como humanidad toda. 

Así, las obras del pasado y del presente, ya sea de nuestras colecciones públicas como en préstamo, se unen en este programa para reflexionar sobre el dolor de la pandemia, sobre las violencias cada día más visibles en el mundo, sobre la necesidad de erradicar todo gesto de discriminación y abrazar la posibilidad de ser más conscientes de la necesidad de cuidar nuestro planeta, más respetuosos de las diferencias, más seguros del valor del arte para construir un mejor mundo. 

Crear Un día en la Tierra es, también, un acto utópico. Significa imaginar que, por un breve momento, hoy, en 2022, caminar por el Museo Moderno es como recorrer la superficie de la Tierra para encontrarnos con sus referencias geográficas y materiales, con los saberes ancestrales, con los modos en que habitamos y sentimos nuestro planeta y con la reparación que el arte puede ofrecer como agente de comprensión y transformación sensible. 

EXPOSICIONES ACTUALES:  

QuiEl museo se puede visitar en Avenida San Juan 350.

Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11:00 a 19:00.

Sábados, domingos y feriados de 11:00 a 20:00.

Martes: cerrado.

Miércoles: entrada gratuita para público general. 

Entrada general: $50 para visitantes residentes en Argentina. 

Reserva de entradas en museomoderno.org. 

FB: /museodeartemodernodebuenosaires

IG: @modernoba

TT: @modernoba

W: museomoderno.org

 

Agradecimientos : Victoria Noorthoon, Álvaro Rufiner, Johanna Santa Lucía 

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