Una exploración sensorial, plasmando en bordados, estampas, manchas y trazos, postales de su paseo por el inconsciente. Colecciones que fueron dejando en encandilantes pañuelos y pareos, recuerdos de lugares imaginarios, visiones de mitos latinoamericanos, tradiciones, utopías, sueños y cosmogonías. Así también realzando su faceta antropológica, muchos de estos accesorios, fueron resultados de talleres que Acampante y Coco Nuez han ido realizando en México, Perú, Ecuador, Jujuy, Misiones, Tierra del Fuego, con comunidades nativas. Muchas veces apoyados por Secretarias de Cultura, CONACULTA, Museos o Fundaciones. La destreza de las gamas de colores y el empleo de las técnicas manuales de
ilustración, como la revalorización de los oficios, respetando el trabajo artesanal en todo el proceso de creación y producción, siguen siendo los ingredientes de la identidad de Hombre Lobo. Cada tela es un mapa de aventuras espaciales, volcánicas, submarinas, ancestrales, paseos por otras eras, otras dimensiones, postales imposibles. El propósito de Hombre Lobo, es transformar en prendas, la diversión de ese buen momento que dio a luz esos dibujos, los saberes que dieron contenido a esas formas, que a su vez, atesoran nuestras raíces, nuestro legado.
Alquímicamente este lienzo envolviendo tu cuello, deja de ser accesorio, y pasa a ser amuleto.
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